
El consumo de tortilla en México ha disminuido 40% en los últimos 30 años, de acuerdo con la Organización Tortilla de Maíz Mexicana; poco a poco, han desaparecido los pequeños productores
El consumo de tortilla en México ha disminuido cerca de 40 por ciento en los últimos 30 años, de acuerdo con la Organización Tortilla de Maíz Mexicana, que nació con el objetivo de fomentar y potenciar la cultura alrededor del maíz mexicano.
“Creemos que una de las causas ha sido el detrimento de la calidad de la tortilla”, refirió Rafael Mier, fundador de la Organización Tortilla de Maíz Mexicana, quien afirmó que esta baja de consumo va en correlación con el incremento de los problemas de salud relacionados con la obesidad y la diabetes en nuestro país.
Gran parte de las políticas de choque hacia este problema se han enfocado hacia las bebidas azucaradas que, sin duda, son un problema. También se ha hablado de la comida chatarra, sin embargo, no existe relación directa entre la caída del consumo del maíz.
Esto ha generado una espiral de conflictos: el maíz está pasando por tiempos difíciles, pues existe un abandono del campo (migración y desarraigo), se está infravalorando su valor, hay una sobreoferta de maíz, especialmente del industrial.
Tenemos que recordar que los maíces nativos tienen un alto valor nutricional, una gran historia y arraigo en diferentes regiones, pero ante una caída del consumo son los primeros en quedar fuera, perdiendo mercado, pues son los grandes productores del norte los que tienen mayor fuerza para colocar sus maíces.
Como consecuencia, están desapareciendo los pequeños productores, no hay un precio diferenciado, el maíz se ha homogeneizado pese a que México tiene la mayor riqueza de maíces del mundo, todas en peligro. En detrimento de la calidad de la tortilla, que tiene básicamente tres ingredientes: maíz, agua y cal, ahora se le están agregando una gran cantidad de aditivos, conservadores y harinas industriales comercializadas por Maseca y Grupo Minsa, que ofrecen simplicidad, pero pocos nutrientes.
Además, México carece de una regulación que permita un mercado justo. Tenemos una enorme cantidad de tortillas que van desde las de gran calidad hasta las de muy mala, y no hay manera de diferenciarlas.
En cuanto a los riesgos de los transgénicos, existen varios motivos para estar en contra: uno de ellos es la conservación y preservación de la biodiversidad, el maíz es el cultivo más importante del mundo y Mesoamérica es una región fundamental en su preservación. México tiene capacidad de producción y son los pequeños productores los que alimentan a más de 50 millones de personas.
Por JUANMA MARTÍNEZ RODRÍGUEZ