Un problema bastante complejo de gasto energético y consumo de combustibles que crece dÃa a dÃa con el aumento de la población, pero que puede empezar a cambiar gracias
a algunos descubrimientos como el de un extraño maÃz en México.
Investigadores de la Universidad de California en Davis y de la compañÃa Mars, Incorporated acaban de publicar un estudio en el que aseguran haber encontrado un variedad de maÃz en Oaxaca (México), que es capaz de crecer y desarrollarse adquiriendo el nitrógeno -un nutriente esencial para estas plantas- gracias a unos unas bacterias. Estos organismos toman el elemento quÃmico del aire y lo transforman para que la planta pueda asimilarlo sin problemas. Según explican en el ‘paper’, publicado en la revista cientÃfica PLoS Biology, usando esta técnica, esta variedad obtiene de un 29 a un 82 por ciento de su nitrógeno del aire, en lugar de a través de fertilizantes.
¿Cómo consigue exactamente estos nutrientes? Dicho vegetal produce una ‘sustancia pegajosa’ que rezuma de raÃces aéreas que atraen a las bacterias que transforman el nitrógeno del aire de forma que la planta pueda utilizarlo. Es cierto que ya están documentados otros casos de legumbres que han establecido relaciones con bacterias con un objetivo muy similar al de esta planta, pero es la primera que se demuestra que una variedad de maÃz también lo hace.
Tal es la importancia de este descubrimiento, que, según explican los investigadores, puede dar un vuelco al consumo de fertilizantes en una de las plantaciones que más necesitan de estos productos. Si consiguen emular el método que utiliza esta variedad para alimentarse en otras clases de maÃz más comunes, significarÃa un paso de gigante para cortar la sangrÃa de combustibles fósiles que se utilizan para la creación de estos fertilizantes comerciales. Y es que, según datos de estos estudiosos, se estima que entre un 1 y un 2 por ciento del suministro mundial de energÃa se va en la creación de nitratos para maÃz.
Lejos de ser una tarea fácil, los investigadores han tardado alrededor de 10 años en poder demostrar cómo funcionaba exactamente el sistema de este maÃz. El primero en hablar de él, en 1980, fue Howard-Yana Shapiro, ahora director de Agricultura de Mars, Incorporated, tras encontrarlo justamente en un campo pobre en nitrógeno cerca de Oaxaca, México. A mediados de los 2000, Mars, Incorporated y la Universidad de California en Davis, se asociaron con las comunidades indÃgenas de la zona para seguir investigando, y ahora, por fin, pueden confirmar por fin el descubrimiento.